El 18 de mayo se celebra el día internacional de los museos. En turismo, museos y centros de interpretación, son argumentos de atracción que ofrecen una ventana al pasado y/o una mirada sobre la cultura tradicional. Y aunque la forma de exponer ha mejorado mucho con las nuevas tecnologías, se echa de menos vincular museos con los fenómenos cotidianos de la vida local para ayudar a los visitantes a experimentar la autenticidad del presente. En la medida que un museo o un centro de interpretación se asocie con la vida y actividad cotidiana, será más fácil crear una experiencia turística memorable.

Repasemos algunos  de los fantásticos poderes de los museos y centros de interpretación:

1) Conservación y Educación. Los museos son guardianes de nuestro patrimonio colectivo, de nuestro legado, albergando instrumentos, artefactos, obras de arte y documentos que cuentan la historia de una sociedad. Los visitantes tienen la oportunidad de ver auténticos tesoros, si están bien expuestos, y también de aprender sobre ellos cuando las exposiciones son educativas y divertidas, cuando se plantean con programas interactivos o se hacen visitas guiadas.

2) Diversidad y Especificidad. Cada museo puede ser único y diferente, cómo lo es la historia y la cultura específica de su ubicación. Los grandes museos nacionales ofrecen una visión amplia del arte e historia de un país pero los pequeños museos temáticos se centran en aspectos particulares de una región lo que representa un gran atractivo para los turistas que buscan una conexión más profunda con el lugar que están visitando.

3) Interactividad. En esta era digital, muchos museos han adoptado ya tecnologías avanzadas para crear experiencias interactivas. Realidad aumentada, recorridos virtuales, exhibiciones inmersivas y aplicaciones móviles permiten a los visitantes interactuar con las exhibiciones de maneras innovadoras y emocionantes. Esta nueva forma de exponer, enriquece la visita y también atrae a un público más joven, con un ADN cada vez más tecnológico.

Pero los fenómenos cotidianos de la vida local son imbatibles como argumento turístico porque son, al mismo tiempo, la base de las colecciones expositivas de los museos del futuro, porque encontrarse con ellos es una manera de enriquecer nuestra propia forma de vida y, porque, sin ser peyorativo, pueden ser más sorprendentes y atractivos que los más adictivos realitys shows. Resalto también tres súper poderes del encuentro con la forma de vida local:

1) Autenticidad y conexión. El encuentro con la vida cotidiana local, participar en fiestas y eventos locales, mercados de agricultores, entre otras actividades, permite comprender como viven, trabajan y celebran  las personas del lugar. La autenticidad es invaluable para disfrutar una experiencia profunda y significativa. Más de un viajero ha decidido hacer de su destino de viaje su residencia.

2) Gastronomía local. No hace falta explicarlo. Disfrutar la gastronomía local, la de verdad, la cotidiana, es uno de los aspectos más atractivos de un viaje. Nada más interesante que explorar mercados, encontrar productos locales, aprender nuevas recetas y formas de cocinar, y disfrutar de comidas en restaurantes tradicionales. La comida es una ventana a la cultura y las tradiciones locales, y para muchos viajeros, es una de las principales razones para visitar un lugar.

3) Ritos y tradiciones. Cada comunidad tiene sus propios códigos, sus rituales y tradiciones que también se practican en la vida cotidiana. Asistir a una ceremonia religiosa, un evento deportivo local, o incluso una reunión comunitaria puede ofrecer a los turistas una visión única de las costumbres y valores de la gente del lugar. Estas experiencias pueden ser tan memorables y educativas como una visita a un museo.

Para aprovechar la sinergia entre los poderes de los Museos y la Vida local sugiero:

a) Ofrecer itinerarios complementarios donde los museos proporcionan el contexto histórico y cultural que ayuda a comprender y a enriquecer las experiencias cotidianas. Por ejemplo, después de visitar un museo de historia local, los visitantes mejoran su apreciación por los edificios históricos y las tradiciones locales que encuentran en su recorrido por la localidad.

2. Eventos y festivales en Museos. Muchos museos organizan eventos y exposiciones que reflejan la historia de la vida local. Estos eventos pueden salir a la calle: «incluir una extensión a mercados de artesanías, festivales gastronómicos, y presentaciones de música y danza tradicional». Al asistir a eventos combinados, los visitantes pueden experimentar la cultura local de una manera educativa y entretenida.

3. Abrir el museo al entorno mediante colaboraciones. Los museos pueden programar con asociaciones y productores agropecuarios locales, actividades y exhibiciones que reflejen la vida cotidiana. Mientras esta colaboración enriquece las exhibiciones del museo y fortalece los lazos con la comunidad, los visitantes reciben a una experiencia más completa y auténtica.

4. Promoción conjunta. Ya se suele hacer pero es importante que las oficinas de turismo promuevan conjuntamente los museos y las experiencias basadas en el encuentro con la vida local con campañas de marketing integradas. Las guías turísticas, los sitios web de turismo público y privados y las aplicaciones móviles pueden destacar propuestas e itinerarios que incluyan ambos elementos, ofreciendo a los visitantes una gama completa de experiencias.

En resumen, los museos y los fenómenos cotidianos de la vida local son elementos poderosos y complementarios para atraer visitantes a un destino. Mientras que los museos ofrecen una visión profunda y educativa de la historia y la cultura, los fenómenos cotidianos permiten a los turistas experimentar la autenticidad y la vitalidad de la vida local. Juntos, pueden crear experiencias turísticas ricas y variadas que pueden satisfacer las expectativas de diferentes tipos de viajeros, desde los más académicos y curiosos hasta los que buscan una conexión más emocional y auténtica con el lugar que visitan. Integrar ambos elementos en una estrategia de promoción turística de un destino, puede atraer más visitantes y contribuir  romper la estacionalidad.